Sopla:¡qué cuarteto!

POR NARCISO ISA CONDE.- Me refiero a la “cumbre” integrada por el presidente actual y tres expresidentes, los cuatro magníficos gobernadores de colonia, garantes de impunidades mayores y responsables de la bestialidad policial-militar contra migrantes, un problema económico-social de dimensión mundial.
Los cuatro previamente permitieron un despliegue ascendente de odio contra los negros pobres, ya inmigrantes o descendientes, ya nativos; dado que, en su manera de tratarlos, los negros ricos no son negros, ni lo son los dominicanos negros enriquecidos. Los cuatro exculparon a Trujillo, a Balaguer y a sus cortesanos de todos sus delitos, incluidos delitos migratorios: asesinatos, corrupción, tráfico de personas, semiesclavitud, sobreexplotación y quema de viviendas.
Los cuatro le dieron continuidad al robo de la memoria histórica y de la verdad sobre las relaciones dominico-haitianas, para engañar a las nuevas generaciones, crear un falso nacionalismo antihaitiano y exculpar a EE. UU. de sus crímenes contra la autodeterminación de ambas naciones.
La agenda de su fangosa cumbre, destinada a sellar en recinto militar la impunidad de los cuatro y el espíritu de guerra contra Haití, es la llamada “crisis haitiana”; pero resulta que esa crisis no es de factura haitiana: es una crisis creada en territorio haitiano por tres potencias imperialistas (EE. UU., Francia y Canadá) y por mafias oligárquicas y políticas a su servicio.
Pero ninguno de los cuatro tiene valor y dignidad para reconocerlo así y enfrentarla como tal. Saben que EE. UU. y su “comunidad internacional” han intervenido a Haití 11 veces en los últimos 30 años; y lejos de mejorar la situación, la han empeorado. Saben que las bandas terroristas las formaron y armaron la CIA, el Mossad y los paramilitares colombianos, y callen. Los cuatro favorecieron que la frontera sea un gran negocio de jefes militares, empresarios y políticos canallas. Conocen bien que no es lo mismo migrar que “invadir”, pero repiten permanentemente esa mentira.
Saben que los/as trabajadores/as aportan a RD mucho más de lo que reciben de ella. Que ni son una “carga”, ni “un pueblo inferior”, como pregonan sus partidos, funcionarios y la cáfila neofascista que ellos alientan y protegen junto a sus grupos paramilitares, exgenerales asesinos y megarricos inescrupulosos.
La “coincidencia en la política oficial hacia Haití” es porque los cuatro comparten todo eso y cosas peores; y porque compiten a quien es más neofascista y más hostil contra el pueblo haitiano.
Están descalificados para tratar humanamente y con medidas socialmente justas la cuestión migratoria a la que le han puesto el traje de “crisis haitiana”, pese a ser creada criminalmente por EE. UU. ¡Cobardes!